martes, 16 de noviembre de 2010

Comunicado 13/11/2010

Frente a lo sucedido en los últimos días en el Departamento de Artes Dramáticas, los estudiantes auto-convocados en lucha, actualmente agrupados en el MEPA junto con estudiantes independientes, nos sentimos en el deber de expresar nuestra vivencia y nuestro análisis de los hechos. Nos parece groseramente evidente que se está escuchando sólo una campana al respecto del conflicto en la facultad. Las jornadas de repudio y reflexión a la violencia se desarrollaron de forma antidemocrática y fueron impulsadas y dirigidas por los mismos que desde principios de septiembre, intervinieron en las Asambleas con el discurso de la pluralidad y la democracia.


El llamado de Grito Gutural a utilizar el distintivo de la cinta azul para diferenciar a los estudiantes “anti-toma” del resto de los estudiantes nos parece por lo menos fascista ya que genera una polarización por símbolos de pertenencia, y así simplifica hacia un enemigo único para terminar vaciando de contenido político el enfrentamiento.

No concebimos que nuestros propios compañeros, aquellos que forman parte del claustro estudiantil negaran la palabra y callaran con aplausos a aquellas voces que intentaban plantear una perspectiva distinta a las cintitas azules. Y repudiamos aún más, la actitud de algunos consejeros estudiantiles, algunos miembros del claustro docente y no docentes que respaldaron e impulsaron esta actitud.


Desde que éste conflicto empezó, los estudiantes que nos organizamos para llevar adelante la lucha estudiantil fuimos agredidos verbalmente de forma abierta en las Asambleas, en las aulas y en los pasillos, llamados despectivamente “troscos”, “nazis”, “punks” o “merqueros”, por nuestros docentes, no docentes, algunos consejeros estudiantiles, y hasta por algunos estudiantes.


“¿No quiere usted que se le moleste? Después de todo, es sólo cuando somos molestados, despertados que empezamos a observar y a descubrir” Jiddu Krishnamurti


Hemos cometido errores en éste último tiempo por inexperiencia y nunca por mala fe. De nuestros errores en la acción hemos aprendido y seguimos aprendiendo día a día. Pero de lo que no nos arrepentimos es de nuestra postura política. Si en un primer momento nos sentimos identificados con la lucha de los demás departamentos y con la lucha de los estudiantes de las demás universidades e instituciones educativas del país, es porque nosotros sentimos en carne propia no sólo las faltas de nuestra situación en particular, si no que también nos apropiamos de las faltas de los demás estudiantes. La educación pública está en crisis. El Estado Nacional destina millones de pesos en pagar la deuda externa, en financiar a las empresas privadas y subvencionar gran parte de educación privada, mientras destina presupuestos pobres para la educación y la salud públicas. Que las paredes de la sede de Yatay se electrifiquen cuando llueve, que se clausure un edificio de Visuales por una rajadura que atraviesa toda la pared, que se caiga un ventanal de la facultad de sociales de la UBA en pleno hall de entrada, que se derrumben los techos y paredes de los secundarios, que en Venezuela sea casi imposible dar una clase de Actuación en un aula chica con forma de L que tiene una columna en el medio, que en French haya un cartel que diga que es peligroso que se mantengan paradas más de veinticinco personas en la escalera de metal del edificio nuevo; son pruebas evidentes de los presupuestos escasos y la inoperancia de las distintas gestiones que están en el poder de nuestras instituciones educativas. Y estamos hablando sólo de los edificios.


Nuestra educación pública universitaria es elitista. No existen los medios para que la clase más pobre puedan acceder a ella. La carrera de Licenciatura en Actuación tiene alrededor de 200 ingresantes por año y somos la única Universidad Nacional pública en Latinoamérica. Es ingenuo creer, como plantea la misma metodología de selección, que el total de los aspirantes que reprueban el CPU es por no estar capacitados para empezar la carrera.


“Y no hay más negocio que el nuestro y nadie sabe desde cuándo nos pertenece”
Bertolt Brecht


Si desde un principio nos encontramos con la oposición de algunos Consejeros Estudiantiles y de un grupo de docentes y no docentes de la facultad, no fue por nuestros métodos de lucha, si no porque nuestra postura política se enfrenta al modelo de universidad que la Gestión plantea y lleva a cabo, y que ellos mismos defienden. Con nuestras movilizaciones, nuestros cortes de calle y jornadas artísticas, no habíamos conseguido que las autoridades hicieran algo con nuestras demandas. No los molestábamos demasiado, entonces era sencillo declarar un día de asueto para que los estudiantes nos movilizáramos por más presupuesto y así parecer progresistas. Pero los estudiantes no queríamos un día de asueto para manifestarnos, queríamos que las autoridades de la Universidad realicen acciones concretas sobre las falencias de nuestra educación. En el momento en que las tomas de las demás sedes unieron fuerza en la toma del Rectorado, las autoridades y los representantes de la Gestión empezaron a impulsar una campaña en contra de la lucha llevada a cabo por los estudiantes del IUNA. Campaña basada principalmente en la censura y persecución política, criminalizando a los estudiantes en lucha, dividiendo al estudiantado entre “tomistas” y “no tomistas” e impulsando la movilización de estudiantes basándose muchas veces en mentiras. El discurso que sostenían algunos Consejeros estudiantiles, algunos docentes, no docentes y la Decana Sandra Torlucci fue, en un primer momento, que todos luchábamos por lo mismo, por la educación pública; que el problema era la forma que tomaba esa lucha. Pero no es así, nosotros luchamos por un tipo de educación pública que se contrapone con los intereses de la Gestión. Exigimos más presupuesto para refaccionar los edificios y comprar otros nuevos, porque no entramos y porque queremos que cada vez más estudiantes puedan acceder a nuestro Instituto Universitario; y esto toca directamente el bolsillo de las autoridades de la Universidad y el Ministerio de Educación Nacional. Desde el 2005 está declarada la crisis edilicia y presupuestaria en la Universidad y a partir de las tomas de las sedes que desencadenó consecuentemente en la toma del Rectorado, conseguimos nuevos alquileres y una compra que solucionaría en total un 30% el déficit edilicio del IUNA.

Algunos Consejeros estudiantiles, docentes y no docentes que intervinieron a gritos en nuestras Asambleas de claustro, corrieron del eje el conflicto de la crisis educacional para llevarnos todo el tiempo a cuestionar si la toma era o no una medida extrema en abstracto. Otra de las cartas que usaron fue la moción de orden, siempre acompañada con la propuesta “que se vote ahora”, planteadas para evitar el debate y la reflexión al respecto de lo que luego se iba a votar. Nunca fue inocente la intención clara de interrumpir a los oradores ni de no respetar la dinámica asamblearia, todo lo contrario: se buscó siempre alargar estas instancias de diálogo planteadas como constructivas para que terminen siendo insanas.


Todo esto generó una confusión entre los sectores de estudiantes menos informados que no conseguían líneas claras por las cuales tomar postura y un desequilibrio en la moderación de las Asambleas que desencadenó un debilitamiento de la Comisión Directiva del CEADI, creando así un desgaste para desmovilizar cuando se querían llevar a la acción las medidas votadas luego de largas horas de discusiones.


Por todos estos antecedentes es que nos resulta tendencioso el incipiente afán de estos personajes políticos en querer organizarse entre los estudiantes. Ya está demostrado que no quieren abrir el diálogo, la discusión y reflexión entre el claustro estudiantil; y al sostener el discurso de polarización entre pro-toma y anti-toma se corre el eje indefectiblemente de la responsable real del conflicto, la Rectora Liliana Dimaio, quien no genera después del enfrentamiento del día miércoles diez de noviembre una instancia de diálogo para solucionarlo.


Creemos que es intolerable que desde la gestión se incentive a una marcha que desemboque en un enfrentamiento entre sectores estudiantiles. Tenemos que defender ante todo nuestra independencia de claustro y no desenfocar nuestros reclamos y reivindicaciones: educación pública gratuita, ingreso irrestricto, multiplicidad de propuestas de cátedras que te den la posibilidad de elegir un pensamiento diferente, participación real en la modificación de los planes de estudios para que se debata por una mejora académica y no un interés político de internas entre docentes por una lucha de poder, democratización de los órganos de cogobierno, que se respete el espacio de nuestra organización gremial que es el Centro de Estudiantes y se lleven adelante los reclamos justos y legítimos de nuestro claustro por medio del Consejo.


“Nuestras derrotas lo único que demuestran es que somos pocos los que luchamos contra la infamia.

Si los que pelean contra la injusticia están vencidos, no por eso la injusticia tiene razón.

Y de los espectadores esperamos al menos que se sientan avergonzados”
Bertolt Brecht


Esta es nuestra posición que difundimos para que se profundice el pensamiento crítico. Por eso, llamamos a la reflexión, a que nos demos lugar para que se escuchen todas las campanas, que no se queden sólo con lo que leyeron acá o lo que escuchan en las reuniones que se hicieron en el Teatrito estos últimos días. Todos estamos de acuerdo con que la unión hace la fuerza, pero es importante también saber a quién se apunta cuando reclamamos por nuestra educación pública.

Invitamos a todos a un diálogo entre pares en la Interdepartamental el miércoles 17/10 a las 19hs, en la sede de Movimiento y Folklore en Loria 443

Movimiento Estudiantil Pan y Arte

MEPA

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